jueves, 18 de febrero de 2010

Resident Evil 5: Lost in Nightmares estará disponible como contenido descargable

El segundo asalto de Jill y Chris a la mansión Spencer estará disponible para todos los usuarios



Hace pocos años, la oficina europea de la agencia contra el terrorismo biológico internacional conocida con las siglas BSAA recibió un informe de inteligencia que revelaba el paradero del fundador de la compañía farmacéutica Umbrella, Ozwell E. Spencer, responsable último del desarrollo de armas biológicas de destrucción masiva y cuya más terrible creación, el virus-T, desencadenó el exterminio de la práctica totalidad de seres vivos en la ciudad de Raccoon, una población del medio oeste de los Estados Unidos. Los exagentes del cuerpo de seguridad de élite S.T.A.R.S. Chris Redfield y Jill Valentine fueron enviados para investigar y apresar al anciano criminal. Sabíamos hasta ahora que Jill desapareció en el transcurso de la misión, al salvar la vida a su compañero en medio de un violento enfrentamiento con el superpoderoso villano Albert Wesker, pero no conocíamos con detalle qué había sucedido en la mansión Spencer.



Capcom acaba de lanzar la respuesta a esa incógnita, en forma de episodio descargable extra para Resident Evil 5. Una aventura que tiene el atractivo de reunir de nuevo a la pareja protagonista de la historia que dio inicio a la celebérrima saga zombi de la compañía japonesa de desarrollo de videojuegos afincada en Osaka. No es la intención de este texto de análisis entrar a debatir las tendencias actuales del mercado, pero conviene contextualizar la publicación de Perdido en un Mar de Pesadillas, y de Evasión a la Desesperada, el otro episodio inédito que le seguirá, protagonizado por Josh Stone y la misma Jill Valentine. Nos encontramos ante un lanzamiento que llega precedido de la polémica habitual, generada por la constatación recurrente de que las compañías editoras de títulos de ocio electrónico no están dispuestas a dejar pasar la oportunidad de tentar a sus seguidores con contenidos apetitosos cuya venta generará beneficios, más allá de la propia comercialización del título en cuestión.





Se trata, sin duda, de la publicación de unos episodios que satisfará en parte a quienes esperen ávidos a completar el juego principal con nuevas aventuras de sus personajes favoritos, y rebelará a quienes irrita ser conscientes de que en el mismo proceso de desarrollo de un juego se contemple ya la posibilidad de seguir exprimiendo la gallina de los huevos de oro. Empieza a fraguarse la evidencia de que se ha convertido en algo relativamente popular el escindir o mutilar un segmento del juego, concebido originalmente como parte integrante del producto, y ponerlo a la venta por separado. Al menos, en el caso de Capcom y de esta adición a Resident Evil 5 la calidad está contrastada. Durante el transcurso de Perdido en un Mar de Pesadillas revisitaremos unas escenas sobre las que en la aventura principal se nos había informado por medio de flashbacks.
Dentro del desarrollo de la aventura que narra Resident Evil 5, esta aventura supone la explicación de una elipsis significativa que durante el juego suponía un factor clave de la determinación de Chris Redfield, empeñado en buscar respuestas a la desaparición de su compañera, y nada conforme con el carpetazo que la BSAA habría dado al suceso. El viaje a África, desde su mismo inicio, es más la búsqueda de Jill que una misión de rutina. Lo que o bien convierte el hecho de que este episodio no fuera el capítulo con el que daba inicio Resident Evil 5 en un fenómeno difícilmente explicable, o bien justifica sobradamente su lanzamiento actual, según el gusto del consumidor. En cualquier caso, no estamos hablando de una adición menor, sino de poco menos que de un punto de inflexión en la historia de toda la saga Resident Evil.


Dada su signficación, Perdido en un Mar de Pesadillas irrumpe con fuerza en la tienda online de PlayStation Network y el bazar de Xbox Live, y pretende renovar el interés de un título aparecido hace prácticamente un año. Junto a él se añade también un conjunto de trajes extra que conforma una segunda descarga a parte, gracias a la cual podremos rejugar la aventura principal con unos Chris y Sheva de aspecto muy distinto al que teníamos acostumbrado. Aunque este último contenido no tiene, por supuesto, el peso argumental del nuevo episodio, Capcom ha puesto ya en práctica esta fórmula de negocio en Street Fighter IV, con buen resultado de ventas.

Perdido en un Mar de Pesadillas da inicio con Chris Redfield y Jill Valentine a la puerta de la mansión europea de la familia Spencer, donde los informes de la BSAA apuntan que podría encontrarse el patrón de la desaparecida compañía farmacéutica Umbrella. Tan pronto como logremos acceder al interior de la mansión comprobaremos que nos invade una notable sensación de déjà vú. De las paredes emanan resonancias de los primeros compases de la saga. La distribución de la finca, los pasillos, estancias concretas como el comedor o el recibidor o la decoración del inmueble nos retrotraerán a las primeras aventuras de Resident Evil. Probablemente, el mayor acierto de la aventura que tenemos por delante sea el de reproducir con exactitud parte de aquellos sentimientos de antaño.




Chris y Jill deberán escudriñar las dependencias de la casa a la búsqueda de pistas o llaves con las que desbloquear el acceso a nuevas zonas o abrir puertas que les permitan avanzar e internarse en la mansión. Los rompecabezas con los que iremos dando no son excesivamente numerosos ni entrañan excesiva complejidad. Un enfoque tradicional bastará para superar estas fases. Insignias que se colocan en cavidades en relieve en las puertas para franquear el paso a los visitantes, muros que ocultan otras puertas y que descienden cuando Jill interpreta al piano una sonata, o notas escritas que contienen códigos de acceso o contraseñas con las que acceder al ordenador de Spencer y abrir habitaciones en las que pueden ocultarse trampas mortales que aguardan a nuestros protagonistas para poner fin a su aventura




También los diarios del mayordomo, o los fragmentos de texto que se ocultan entre los libros de la biblioteca del acaudalado Spencer se manifiestan como ejemplos de señas de identidad clásicas de la saga. A lo largo de nuestro paseo por la finca encontraremos insignias que podremos ir coleccionando, con el único fin de obtener una mayor puntuación al terminar el episodio o desbloquear un trofeo o logro específico, de los cinco que se han añadido a la lista de trofeos o logros del juego. Una cifra que aunque no podemos considerar elevada sí puede redundar en un incremento de la rejugabilidad del episodio, lo que es siempre de agradecer para quien disfruta llevando al límite las posibilidades de un videojuego.


Concluida nuestra fase de exploración inicial en la planta de la mansión (durante la cual sólo habremos encontrado cadáveres de los pobres infelices que nos hayan precedido y ni un solo monstruo ni muerto viviente al que disparar) descendermos a las húmedas y lúgubres catacumbas de la hacienda. La apariencia de este entorno, así como el cambio en la ambientación sonora, nos pondrá inmediatamente en guardia. Pronto descubriremos una nueva amenaza de considerable envergadura, armada con una enorme ancla de navío que usa de manera similar a como el ejecutor majini blandía su hacha, que conserva apenas retazos de apariencia antropomórfica, y cuyos rasgos parecen inspirados en los de una estrella de mar. Al margen de esta monstruosidad, sólo nos importunarán ocasionalmente zombis convencionales, de los que yacen inertes en el suelo y reaccionan sólo ante la proximidad de alguno de nuestros protagonistas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario